En el 493 aniversario de la aparición de la virgen a Juan Diego se espera la llegada de miles de fieles al cerro del Tepeyac en la CDMX
Luego de más de 400 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en el cerro del Tepeyac, miles de personas visitarán su casa en la Ciudad de México para festejar a la morenita, realizar solicitudes y agradecer su apoyo durante todo el año.
En México, la Virgen de Guadalupe es una de las figuras religiosas más queridas y respetadas, quien suele ser venerada como protectora de los enfermos, pero sobre todo como la madre de los mexicanos que protege a sus hijos en todo momento.
La virgen se apareció en 1531 a Juan Diego Tonantzin en cuatro ocasiones, en las que pidió la construcción de un templo en el cerro del Tepeyac, entre otras cosas.
Al reunirse miles de fieles en la Basílica de Guadalupe, es común que se realicen oraciones para agradecer y solicitar la intervención de la virgen en las causas, por lo que esta es la principal que se reza, hecha por el papa Juan Pablo II en 1979:
Oración a la Virgen de Guadalupe
iOh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo: escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores. te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos: ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado. Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino. De una plena fidelidad a Jesucristo a su Iglesia. No nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos Los Obispos. para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios. y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos. fuertes en fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María. Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, Para que estén muy unidas, y bendice a la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión. Enséñanos a ir continuamente a Jesús y. si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a El, mediante la confesión de nuestra culpas y pecados en el sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos. Que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia. Con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz. que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Además, una de las canciones que más se cantan durante la celebración de la Virgen de Guadalupe es la siguiente, la cual es imprescindible para alabar a la morenita:
La Guadalupana
Desde el cielo una hermosa mañana.
Desde el cielo una hermosa mañana.
La guadalupana, la guadalupana.
La guadalupana bajó al Tepeyac.
Suplicante juntaba sus manos.
Suplicante juntaba sus manos.
Y eran mexicanos, y eran mexicanos.
Y eran mexicanos su porte y su faz.
Junto al monte pasaba Juan Diego.
Y acercose luego, y acercose luego.
Y acercose luego al oír cantar.
Juan Dieguito, la virgen le dijo
Juan dieguito, la virgen le dijo.
Este cerro elijo, este cerro elijo.
Este cerro elijo para hacer mi altar.
Desde entonces para el mexicano.
Desde entonces para el mexicano.
Ser guadalupano, ser guadalupano.
Ser guadalupano es algo esencial.
En sus penas se postra de hinojos.
En sus penas se postra de hinojo.
Y eleva sus ojos, y eleva sus ojos.
Y eleva sus ojos hacia el Tepeyac.
Junto al monte pasaba Juan Diego.En la tilma entre rosas pintadas.
En la tilma entre rosas pintadas.
Su imagen amada, su imagen amada.
Su imagen se dignó a dejar.
Desde el cielo una hermosa mañana.
Desde el cielo una hermosa mañana.
La guadalupana, la guadalupana.
La guadalupana bajó al Tepeyac.
La guadalupana, la guadalupana.
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